sobrelatierra

sobrelatierra el hombre deja sus huellas. Son de todo tipo. Un reflejo y consecuencia de lo que hace con el planeta y todo lo que en él se encuentra.
Nuestra presencia como inquilinos se hace evidente cuando miramos la historia natural y humana con una escala de unos pocos miles de años y no de decenas, como mucho, en la que nos sentimos más cómodos, simplemente porque esa es la duración normal de nuestro contrato individual.
Bajo una perspectiva más acorde con la historia natural del planeta nuestras marcas, aquellas señales de las que solemos vanagloriarnos, se ven borrosas o han desaparecido casi por completo. Más aún cuando las comparamos con las huellas que la propia naturaleza existente, bajoelagua y enelaire, es capaz de crear en ella. Esos pequeñísimos animalitos que forman el coral originan las bellísimas islas en las que algunos afortunados seres extienden su existencia.
El cráter de Chicxulub en Yucatán creado por el impacto del meteorito que se cree causó, hace 65 millones de años la extinción de los dinosaurios, todavía puede verse bajoelagua.
Nuestras más antiguas y orgullosas construcciones en unos pocos miles de años podrían desaparecer de no hacer esfuerzos considerables y sostenidos para preservarlas. El planeta, que dispone de un tiempo inimaginable, borra los residuos de su presencia como si de una mota de polvo sobre un estanque de agua se tratase.
El orgullo, la soberbia y la ignorancia que son nuestra marca de identidad solo muestran su capacidad para acortar la duración de nuestro inquilinato. Lamentablemente, otros seres vivientes que habitan
sobrelatierra, bajoelagua y enelaire, pagan con su extinción las consecuencias de esas marcas de la especie humana.

sábado, 4 de diciembre de 2010

OBJETIVOS Y PRINCIPIOS

Los frutos, amargos y dulces, comestibles y venenosos, que son el producto de la estancia de la especie humana sobrelatierra constituirán los temas de este blog.
El énfasis estará puesto en el impacto que las actividades humanas de gran escala (incluidas las guerras) producen en el llamado medio ambiente, que vaya uno a saber porqué razón, justificada o no (intuyo que es una muestra de la pura soberbia de considerarse por encima de la tierra y no sobrelatierra), tradicionalmente excluye la consideración del propio hombre como especie terrestre que depende del hábitat como el que más,  reduciéndolo a un mero input de contaminantes. Aquí no pensamos así. No existe una ecología sin sujeto. Al modificar el entorno que lo rodea, el hombre se modifica a sí mismo y la dirección que tomarán esos cambios no está determinada ni controlada por el programador original. A diferencia de Dios o de los dioses, los simples mortales no somos omniscientes y ponemos en marcha procesos a distintas escalas de tiempo y espacio ignorando, en la mayoría de los casos, cómo afectarán nuestra forma de vida. O creyendo que siempre podemos remediar sus consecuencias indeseables. En general no miramos en la dirección del sistema de vida, de producción y de consumo que es el  que genera las demandas cuya satisfacción supone poner una  tensión sobre el medio ambiente. ¿Es posible que mediante estímulos económicos -bonos de CO2 por ejemplo- se puedan reducir, no digo, eliminar dichas tensiones?
Sinceramente no parece posible. No entra dentro de la dinámica capitalista la auto limitación. No, la experiencia histórica muestra que ciertos estilos de vida y el capitalismo es uno de ellos pero no es el único, primero destruye, arrasa, desertiza y luego se traslada a otro lugar para hacer lo mismo. El límite, hoy, se lo pone la tierra misma y la capa de espacio y aire que la rodea y la cubre del frío y las radiaciones de más allá.

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